La cámara de seguridad tomó toda la secuencia.
El martes 1 de octubre, poco antes de la medianoche, dos motos se paran a unos 50 metros de la casa de Samuel Miqueas Medina (25) en Dr. José María Fernández y Colectora Juan Pablo II, en Rosario. Está oscuro y se ven claramente sus luces. Como su objetivo no llega, dan una vueltas manzana para no llamar la atención. Vuelven y esperan de nuevo, en el mismo lugar, a la misma distancia. Entonces aparece el Volkswagen Polo blanco del "Gordo Samu". La emboscada estaba a punto de concretarse.
Una de las motos sigue hacia la esquina y dobla por la calle perpendicular, la otra –con solo un sicario a bordo– se acerca al Polo y le dispara 16 veces al conductor. Los asesinos escapan. Acaban de ejecutar un crimen brutal e importante. El homicidio a sangre fría del "Gordo Samu" apunta al corazón mismo de la banda de Los Monos.
Sus consecuencias o posibles represalias aun no pueden medirse y sus móviles llevan a revolver en los negocios más sucios de la mafia narco rosarina.
Esa medianoche de hace exactamente una semana Samuel Miqueas Medina murió en su auto tras recibir 9 plomos calibre 9 milímetros. Milagrosamente, su primo de 18 años, que iba a su lado, y su sobrina de 10, sentada en la parte trasera, sobrevivieron al ataque.
La filmación de la cámara de seguridad que "El Gordo Samu" había instalado en el frente de su casa captó cómo la nena sale aterrada del auto de su tío con quien esa noche había ido a ver el partido que Rosario Central le ganó 3 a 0 a Vélez.
Como novio de Paula Bay, hija de Vanesa Barrios (esposa de Ariel "Guille" Cantero), Medina había construido un vínculo familiar con el líder de Los Monos, actualmente preso en Marcos Paz bajo un régimen de estricto aislamiento. Paula no es hija de "Guille", sino de una pareja anterior de Barrios, pero el lazo es igualmente fuerte.
Por eso, el crimen del "Gordo Samu" es una bomba; la cuestión es quién la puso. Y, en este punto, las fuentes consultadas por Clarín desplegaron tres hipótesis, todas inquietantes pero todas tienen que ver con el poder y el dinero.
Quién mató al "Gordo Samu"
Aunque el fiscal Luis Schiappa Pietra recién comenzó con la ronda de declaraciones testimoniales, a una semana del crimen de Medina las hipótesis apuntan a dos negocios que manejan Los Monos independientemente del narcomenudeo: por un lado los relacionados con el fútbol, tanto el Newell's como en Rosario Central, y por otro las extorsiones a grandes constructoras para dejarlas trabajar en paz a cambio de coimas en cash o especies.
En esta línea de investigación un personaje central es Andrés "Pillín" Bracamonte, histórico jefe de la barra de Central. Antiguo aliado de Los Monos, que le pagaba a "Guille" Cantero un canon para que lo dejara tranquilo, habría entrado en disputa con una facción de Los Monos por el manejo de negocios tales como puestos de comida, venta de ropa del club, entradas, pases, trapitos y demás yerbas entre las que, por supuesto, está el microtráfico de droga.
El pasado 11 de agosto, "Pillín" fue atacado a balazos por la espalda y él y su novia sobrevivieron de casualidad. Tiempo antes le habían baleado su casa. En agosto muchos apuntaron a Los Monos como ideólogos por el tema de la puja por el poder en Rosario Central. Y otros apuntaron también a Los Monos pero por los negocios con la Uocra de Rosario.
En diciembre de 2023 Bracamonte quedó imputado (fue preso y lo excarcelaron) acusado de integrar una asociación ilícita dedicada a extorsionar a las empresas constructoras en complicidad y sociedad con sindicalistas de la Uocra.
El negocio abarcaba desde cobrar para monopolizar el servicio de viandas o baños químicos hasta obligar a los empresarios a tomar gente propia que en realidad no iba a trabajar pero que cobraba su sueldo para la barra, como una especie de coima en blanco.
Esta investigación –que continúa en la Justicia de Rosario y es reclamada por la Justicia Federal– apunta a Bracamonte como dueño de este negocio en la zona norte de Rosario y el cordón industrial (Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, Fray Luis Beltrán, San Lorenzo y Puerto General San Martin. La cuestión es que todo el resto sería manejado por Los Monos –los Cantero y sus bandas asociadas– que siempre buscan ampliar su territorio.
Siempre en este marco del ataque a "Pillín" Bracamonte –que algunos atribuyen a Los Monos– el crimen de "El Gordo Samu" se decodifica como una represalia del jefe de la barrabrava de Rosario Central. Si están en lo cierto, no debería pasar mucho tiempo hasta el siguiente coletazo.
Sin embargo, existe otra hipótesis, una tercera, muy distinta pero igualmente inquietante: que la paz que se estaba viviendo en Rosario en los últimos meses –además de ser resultado innegable de las políticas provinciales y nacionales– fue la consecuencia de un acuerdo entre las bandas para bajar los decibeles.
¿Y que tendría que ver Medina en esto?
Tal vez, y solo tal vez, si el "Gordo Samu" molestaba o movía el avispero fue víctima de fuego amigo. Un sacrificio necesario para que Rosario no vuelva a desmadrarse. Suena conspirativo, pero no sería la primera vez.
MG